Había estado a la intemperie durante algunos años y se había deteriorado de manera importante. La carcoma se lo estaba comiendo por todas partes, las patas estaban destrozadas, se deshacían al simple contacto de las manos. La celosía había desaparecido y le habían colocado una similar a la original.
La primera actuación a parte de una limpieza profunda fué el tratamiento contra la carcoma, arreglé las numerosas grietas, sustituí las patas y di color a la celosía como era en su origen. Mi reto era no perder el aspecto exterior, el color y el desgaste natural por el paso del tiempo. Éste fué el resultado.
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