PUBLICACIÓN CON MOTIVO DE LA EXPOSICIÓN MISCELÁNEA MEDIEVAL-1
¿Porqué MISCELANEA MEDIEVAL?
Es una miscelánea por la diversidad de contenidos, pero también por la acepción de esta palabra usada en México, la tienda de la esquina, porque el taller de Sarín es esa tienda de la esquina colmada de sorpresas y medieval por el tema escogido en donde encontraremos los tres órdenes: los que oran (oratores) representados fundamentalmente por los Beatos, pero también por las Capitulares; los que luchan (bellatores) representados por los Caballeros templarios y los de la Orden de Santiago y los que laboran (laboratores), representados por el calendario, escenas de la vida cotidiana y también de la Medicina, que enlazan a su vez con la materia médica y los bestiarios.
En esta Miscelánea podremos ver pues escenas de caballería, de caza, de pesca, etc., y podremos rememorar que los colores han servido para diferenciar entre clases, grupos e individuos, como símbolo o representación de la importancia o riqueza de cada uno, establecido en las ordenanzas suntuarias que fijaban límites en función de las categorías sociales. Pero centrémonos mejor en el significado de los colores: El escarlata: color del poder, símbolo del amor espiritual. El oro: color que participa de Dios, de la luz divina; doctrina religiosa enseñada en los templos; símbolo de la iniciación en los misterios o de la luz revelada a los profanos. El amarillo y el oro representaban la unión del alma con Dios. La plata: trasunto del blanco, color divino, símbolo de la verdad absoluta, pues sólo él reflejaba todos los rayos luminosos, es la unidad de la que emanan los colores primigenios; los sacerdotes vestían de blanco, en alegoría a la luz increada. El blanco y el rojo: representan símbolos iniciáticos, los ciclos de la vida y el principio masculino (blanco) y femenino (rojo). El blanco es el símbolo de Dios, el oro y el amarillo indican el Verbo o la revelación y el rojo y el azul la santificación o el Espíritu Santo; el Espíritu Santo, el amor de Dios y el culto divino tienen el mismo símbolo: el fuego, es decir el rojo. Por último el negro: color de la muerte.
Pero más allá de ayudarnos a entender la simbología de los colores, esta Miscelánea nos permitirá también entender el vínculo entre el ritmo de los trabajos y las fiestas, recogiendo el calendario Agrícola de San Isidoro. No estará de más recoger la definición de la fiesta que nos da Alfonso X en Las Partidas: “Fiesta tanto quiere decir, como día honrado en que los christianos deven oir las oras, e fazer e dezir cosas, que sean a alabança e serviçio de Dios, e honra del santo, en cuyo nomen la fazen”, clasificándolas después en tres grupos: las fiestas mandadas guardar por la Iglesia, las impuestas por los poderes políticos y, por último, las denominadas “ferias, que son provecho comunal de los omes”. Pero no solo de fiestas oficiales, -religiosas o no-, deberíamos hablar sino también de las fiestas populares como el Carnaval que permiten saltarse las reglas de conducta y las relaciones jerárquicas.
Antonio Pol Arias.
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