En muchas casas hay cabeceros de hierro y latón retirados y en mal estado pero si se restauran quedan verdaderamente bonitos.
El proceso no es complicado pero sí muy laborioso,
hay que eliminar el óxido, pintar el hierro y el latón hay que limpiarlo y abrillantarlo.
El cabecero acabado.
Éste es un detalle del resultado final, quedó elegante y delicado, va a ser un bonito adorno para el nuevo dormitorio.